Contar billetes con la muerte de otros

Es difícil volver atrás: cuando una empresa fue montada para sacarle beneficios a lo que pasa en determinado momento, hará todo lo posible para eternizar las condiciones que hicieron viable a su negocio. Si la realidad que motivó el negocio permitió el montaje ideal para la venta de alarmas, rejas, barrios privados, armas, balas, blindajes diversos y hasta noticias, imaginemos las consecuencias en un país -cualquiera que sea- que no puede zafar de la guerra o en algún lugar que se avizoren acciones tendientes a revertir las condiciones de violencia. En el medio de todo, la vida de muchos, vulnerada.

El día (de la indigestión) del niño

Se acerca el Día del Niño. Los barrios ya organizan actividades para agasajar a sus infantes. Todos los organismos públicos, municipales y provinciales, están prestos para aportar leche, chocolate y juguetes en cantidades increíbles. La pandemia impedirá los actos masivos en los parques y por ello habrá más pedidos para los festejos en los municipios. El lunes siguiente, volverá a ser su peor día, indigestados con tanta golosina consumida. Alguna vez habrá que replantearse la asignación de recursos para que nunca haya niños sin tener con qué hacer la digestión o pidiendo comida en los restaurantes del centro de Mendoza.

Sólo preguntas

¿Alguien cree la versión de que un recital de Los Fabulosos Cadillacs puede generar un impulso turístico hacia el lugar en donde se realice? Una vez hecho en la provincia, ¿impactó positivamente en la cultura de Mendoza? Subsidiarlo, ¿fue parte de la “política cultural” o de la “política turística”? En cualquiera de los dos casos, ¿no fueron consultados sus titulares? ¿Sólo bastó la idea de un asesor del Gobernador para financiar el recital? Y repasando: ¿fue buena la idea de eliminar el Ministerio de Turismo y Cultura?, ¿qué fue del Plan Estratégico de Cultura? ¿Y del Plan de Industrias Culturales?

¿Matar a quien mata? Muertes que valen menos que otras

Susana Giménez, desconsolada por el asesinato de un amigo expresó que “quien mata debe morir”. Después, aclaró que lo dijo bajo efectos de shock. Pero a muchos le encantó la primera idea. Como Rambos, salimos a justificar que cualquiera decida hasta cuándo debe vivir otro. Hasta lo justificamos. Un militar confesó que mató a un joven y lo tiró al basural. Muchos lectores salieron a felicitarlo por la “limpieza”. Pero aquí, nadie dijo que había que matar a quien mató, porque se presupone, falsamente, que lo que hizo “está bien”. El concepto de justicia cambia según la cara del cliente.

Delivery de paternalismo o “controlame y decime tonto”

Dos cosas quedan en la superficie en medio del debate por las medidas en torno a la Gripe A: se evidencia que no hay quiénes controlen y que, además, hay cierta preferencia por el rigor estatal, en lugar de autoprotección. Somos mazoquistas. Cromañón no enseñó nada: no hay inspectores en ningún lado y, si los hay, son pocos y siempre los mismos. Entre la desidia y retardo oficial en aplicar los protocolos, estamos nosotros, las personas. Tenemos una gran cuota de responsabilidad, ya que exigimos que nos den órdenes y nos prohiban cosas, en lugar de actuar por nosotros mismos.

Lenguas y orejas

Para que haya diálogo es necesario que haya lenguas y orejas dispuestas a ejercitarse. Cuando el protagonismo se lo llevan sólo las lenguas, el sabor termina resultando amargo. Difícil es que las orejas apunten bien, así el oído puede captar la integridad de las palabras a las que la lengua de otros, con la inestimable ayuda de las cuerdas vocales, termina de dar forma. Se inició el diálogo político, por primera vez en siete años. Y será necesario mucho ejercicio para que lo que salga de las lenguas participantes, entre en oídos adversarios, mutuamente y, así, se consolide la democracia.

La distancia entre gobernar la educación y darle trabajo al amigo de un amigo

Florencia Fossatti, Néstor Lemos, José León Aguilera, Alicia Rouquaud, María Elena Champeau, Julio César Raffo de la Reta, Juan Draghi Lucero, Margarita Malharro de Torres: un listado antojadizo de educadores que ya murieron, pero que hicieron historia por su capacidad de enfrentar la inercia y gobernar la educación. Desde ideologías diferentes; no siempre desde el Estado. Nombres que Mendoza pronuncia al hablar de educación. Más acá en el tiempo, hay que mencionar a Duch, Abrile de Vollmer, Cunietti, Gómez de Erice, Bertranou, entre muchos otros. Están en la “tribuna” viendo cómo se coloca en la DGE a un contador amigo.

Ajustes de cuentas, saldos y retazos sociales

Cuando balean a un chico en un barrio catalogado como pobre o, directamente, “marginal”, ya sabemos: se trata de un “ajuste de cuentas”. “Los pobres son así, se cobran y pagan deudas a balazos”, es el cliché que reina, aun, entre los pobres que no discuten ni condenan tal afirmación, surgida de voceros policiales. Pero cuando un marido rico manda a matar a su mujer, cargosa y estorbo, es una crisis de seguridad. Pero cuando Carrascosa mató a María Marta, ¿Qué fue? Un arrebato, un shock de stress. El asesino está en su casa. El chico pobre, en el Cose.

Gobierno en piloto automático

Poner al gobierno en “piloto automático” significa que las estructuras se autogobiernan. No hay que esperar que, bajo el imperio del automatismo, haya innovaciones, se provoquen golpes de timón o se cimiente algo histórico y determinante. En estas circunstancias, la receta indica: hay que poner a contadores al frente: así, se aseguran que el desbarajuste no se note tanto en los números, que es por donde estalla generalmente “la cosa”. ¿Una señal de que esto ocurre? Generalmente los dejan el despacho a cargo de sus segundos y terceros, cunde el vacacionismo y los resguarda un manto de reflexión cuasi permanente.

A las armas las carga el Estado

Ayer se suicidó un policía. Lo hizo con el arma reglamentaria. No se trata del primero que atenta contra su persona u otras de su entorno. Lamentablemente, la historia de Mendoza reconoce hechos similares. No se trata de un caso policial más, ya que más allá de lo que le pasó por la cabeza para tomar tan dramática decisión hay una cuestión que nos incumbe a todos: el arma con la que se mató se la proveyó el Estado. La tristeza por su muerte debe ser un llamado de atención y generar cambios, para que nunca más pase algo similar.

Faldas, esquinas y esclavitud

Si abusan de una hija, sentís que te ha pasado lo peor. Y es así de grave, sin dudas. No sentimos lo mismo, pareciera, al ver chicas de 13 o 17 años alquilándose en la Cuarta Sección. Hijas de otro. Si lo comentás ante amigos, da para chistes. Si vas a la policía, terminás en problemas. ¿Quiénes están detrás de las faldas cortas que vemos por Ituzaingó? Sería interesante saberlo, porque detrás del “oficio más viejo del mundo” hoy se produce la “esclavitud, el secuestro y la tortura más nueva del planeta”: la explotación sexual de menores ante nuestros ojos.

Funcionarios y aviones, un vicio

Es difícil ser funcionario y funcionar. ¿Y encontrar a quien lo sea y no haya alterado su personalidad? El cura Farinello decía que muchos se descubren la bragueta en esa instancia. Otros, conocen los aviones y no pueden dejar de usarlos, viciosos. Peor es cuando lo que no pueden dejar son las tres cosas y se atornillan al sillón, a la secretaria y al avión. En Mendoza descubrimos, fruto del azar, cómo viajan por el mundo los responsables de Salud. Lo sabemos porque hay una crisis sanitaria y se nota que no están más que nunca. Pero, ¿serán los únicos?

El mundo es un pañuelo

Las industrias largan sus residuos a la atmósfera, al Norte y el hielo del Polo Sur se derrite aquí, en el culo del mundo. En Honduras se altera el orden institucional y a todo el planeta (democrático) le duele la represión de sus soldados autómatas. La globalización es así: se trata del mismo lugar que tanto costó conquistar por las distancias, pero ahora, como si fuésemos del mismo barrio, nos colgamos de un mismo programa de televisión, aquí o en la China, literalmente. Por eso no debe extrañar que alguien estornude en México y media Argentina se enferme de gripe.