viernes, 10 de julio de 2009

A las armas las carga el Estado

Ayer se suicidó un policía. Lo hizo con el arma reglamentaria. No se trata del primero que atenta contra su persona u otras de su entorno. Lamentablemente, la historia de Mendoza reconoce hechos similares. No se trata de un caso policial más, ya que más allá de lo que le pasó por la cabeza para tomar tan dramática decisión hay una cuestión que nos incumbe a todos: el arma con la que se mató se la proveyó el Estado. La tristeza por su muerte debe ser un llamado de atención y generar cambios, para que nunca más pase algo similar.

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