lunes, 10 de agosto de 2009

El destornillador y el tornillo

El cachetazo religioso contra el Gobierno al señalar que la pobreza es un “escándalo” fue estruendoso. No tanto porque se repita una verdad conocida, sino porque la clase política se encuentra concentrada en las herramientas y no en lo que hay que reparar con ellas. Ahora, el asunto central es el diálogo. En ese marco, los temas parecen ser más discutir el ombligo de la política que la realidad que se vive a pocas cuadras de la Casa Rosada. Pero, evidentemente, mientras con el destornillador en la mano se debate hacia dónde gira el tornillo, la estantería se sigue cayendo a pedazos.

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